Sinopsis:
Macbeth rey de Escocia desde 1040, estaba casado con su prima Gruoch, dama de cámara de Escocia y nieta de Kenneth II. En tal condición, podía reivindicar el trono de Escocia a la muerte de Malcolm II, pero este último modificó las reglas de sucesión al trono en beneficio de su propio nieto Duncan I.
En una tragedia en que no cabe duda sobre dónde se sitúa el bien y dónde el mal, el extraordinario genio de Shakespeare logra que lady Macbeth sea algo más que un personaje perverso. En el culpable siempre se trasluce el ser humano que sufre también con el mal, y así se transmite al espectador la inquietud que provoca la relación entre fatalidad, voluntad personal y culpabilidad.
Tras leer «Romeo y Julieta» no le había cogido mucha simpatía a Shakespeare, pero me decidí darle otra oportunidad…
…y no me arrepiento 🙂
Macbeth no es una obra muy extensa, y sin embargo transcurren los suficientes hechos como para hacer de ella una gran historia. Ésta comienza con la breve aparición de tres brujas, que se citan para el próximo aquelarre. Y aunque este hecho no debiera ser algo totalmente trascendental, pronto se verá la inmensa importancia que tienen estas tres…
Sorprenden el tono cargado de profundo dramatismo de Macbeth y su esposa ya en las primeras escenas, así como el aura de misterio que envuelve a las brujas. El momento en que aparece Hécate pasará a la historia…
Se trata también del viaje hacia la locura del personaje principal, cuya ambición sin límites será su perdición. Tres profecías y avisos le son dados: a lo largo de la historia se verá cómo se cumplen.
Nota: 9.5