Sinopsis:
Hacía casi dos años que Lisey Debusher Landon había perdido a su marido Scott, después de veinticinco años de matrimonio y de una intimidad tan profunda que a veces les daba miedo. Scott había sido un escritor muy premiado y de gran éxito y también un hombre muy complicado. Al principio de su relación, Lisey tuvo que aprender mucho de él sobre libros, sobre sangre y sobre dálivas.
Más adelante supo que había un lugar donde Scott se refugiaba, un lugar que cerraba sus heridas y le aterrorizaba a la vez, que le inspiraba todas las ideas que necesitaba para vivir pero que también podría devorarle. Ahora le toca a Lisey enfrentarse con los demonios de Scott. Le toca a Lisey viajar a Boo’ya Moon.Lo que había empezado con la decisión de la viuda de ordenar los papeles de su marido famoso se convierte en un viaje casi mortal hacia la oscuridad que él habitó…
Brutal…
Hoy he terminado La Historia de Lisey.
¿Por dónde empezar?
Para que la mayor parte de éste comentario sea para todos los públicos intentaré en un principio hablar sin desvelar partes de la trama pues, lo cierto es que es la primera vez que leo a Stephen King y me he llevado una grandisima sorpresa. La primera de todas por su prosa, pues no es algo a lo que esté acostumbrado, su estilo es rápido, sencillo pero muy cuidado y a la vez, jodidamente lleno de detalles, anécdotas y momentos. Él es capaz de hacer que un escenario cobre auténtica vida, no sólo por las descripciones sino por la Música, las incontables referencias. Y eso, es de agradecer.
Pero lo bueno no acaba ahi, de echo lo mejor está en ese enfoque de la obra, en hacer que todo gire en torno a Lisey haciendo que con una mezcla de tantisimos detalles, podamos llegar hasta preveer lo que pasará por su cabecita, su adorada cabecita.
¿Da miedo?
Este es un punto clave, y es que hasta hoy pensaba que todos sus libros eran de auténtico cague que te cagas, pero no es asi, éste libro transmite inquietud, transmite intriga, pero sobretodo transmite amor, sensación de añoranza, de superación, y bien enfocado es capaz de darte una buena dosis de adrenalina. De querer salir a la calle, encontrarte con tus amigos y darles un abrazo grandes que te cagas porque ellos… ellos aun están ahi.
Y ahora es cuando llegan pequeños detalles de la trama.
Y es que, en mi cabeza siento el armónico sonido de cientos de nombres, nombres como el del Jumbo de Dumbo, el de Amanda, Manda, Conejito Manda, Lisey, Pequeña Lisey, el policia con placa de dos pares de cojones y narices, esfumarse, mein gott, la Buena de Ma, Papá Debusher, Papi, Paul, El Lago, el lugar al que todos van a Beber, Hanks Williams, Kentchukty, PPCN, Baby, Babyluv, Reidores, el Larguirucho, El Arbol ñam-ñam, la palma, la mano, la palma, la mano, la palma y la mano, Tenia calor y tú me diste hielo, Dáliva, Fin.
Y es que, todos esos términos son algunos de los artistas del baile, de un baile hermoso cargado de Magia, pues Boo’ Ya Moon es la representación de la imaginación, del poder de crear, la clara afirmación de que somos la mano que escribe, la mente creadora.
Un baile lleno de buenos momentos, donde me he sentido identificado en muchos aspectos con Scott pero donde he llegado a sentir el Amor Verdadero y esto es lo más bonito de la Historia, la capacidad de transmitir auténtico sentimiento, ese que sobrevive a la distancia, que se mantiene en el plano transcendental y no necesita del contacto, el que se vive tras cada instante pues cada momento es recuerdo, cada segundo es un buen momento para pensar en la persona amada, para hablar con ella como si siguiera aqui, como si siguiera a nuestro lado, viviendo la aventura con nosotros. Y es que, a veces pensé que volveríian a encontrarse, alli, en Boo’ya Moon, pero por eso me acabó gustando más, porque no hay encuentro bonito, hay realidad tras el manto de magia, tras el velo violeta.
Si éste libro te gusta, pondria la mano en el fuego a que hay una parte de ti capaz de sentir el amor verdadero. Y hoy, gracias a ello, Lisey Landon se ha convertido en uno de mis personajes de literatura favoritos, Lisey, la Pequeña Lisey. Pasará bastante tiempo hasta que deje de asociar su nombre al adjetivo «Pequeña». Gracias por seguir adelante, por seguir descubriendo el misterio, por seguir queriéndole en cada aliento, por seguir ahi, insistiendo, buscando la recompensa ¿Será una Pepsi? o ¿Un beso? no… es mucho más que eso. Gracias, de corazón.
Si tengo que destacar un personaje esa es Lisey, y en segundo lugar me quedaría con Scott, o quizá con Manda, los dos me han aportado grandisimos momentos. En el final de la primera parte, pues el libro está dividido en tres, lo viví muchisimo cuando Scott habla desde Manda, sin olvidarnos de la segunda parte, cuando ésta recobra la conciencia tras el beso que transmite agua, donde descubres que hay muchisimo carisma. Scott gusta, y sin bien se hace querer, por eso de comprenderle y sentirme en cierto modo identificado (en gran modo a decir verdad) valoro muchisimo más a Lisey, mucho, muchisimo.
Un libro tan lleno de detalles merece una oportunidad.
Y añado una cita:
«A veces los perros perdidos regresaban a casa»
Gracias a Shinji Ikari por la recomendación.
Nota: Más de 9, pero especificar una nota en concreto es algo que me dolería hacer con éste libro, pues es etéreo y a la vez perenne, pues deja huella, y se merece algo más que un número en su historial.
El agua sigue siendo dulce.
Y los peces todavía nadan en él.